¿A Chicago le cuesta convertir goles? Entonces, vale la pena recordar el 6-2 a Temperley, el próximo rival, en 1981. Los desbordes de Roque Erba iluminaron el área para que Franceschini y Assán realizaran un hat-trick cada uno. Una ayudita para recuperar la memoria goleadora…
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Roque Erba estuvo imparable por la punta izquierda. (Revista El Gráfico). |
El gol es el déficit principal del conjunto. Una carencia que no sufrió la versión verdinegra de 1981, que era dirigido por Roberto Ferreiro y soñaba con llegar a Primera, luego de 40 años consecutivos en la B. El arranque de Chicago en aquel torneo fue rotundo y alimentó la ilusión: 19 puntos de 22 posibles como producto de ocho triunfos y tres empates, con 16 tantos a favor que causaron el liderazgo de la tabla. Así llegó al 9 de mayo, cuando por la duodécima fecha recibió a Temperley (11 unidades).
Traverso; Cvitkovic, Abdala, Larramendi, Pereyra; Loyarte, Pedraza, Franceschini; Armani, Assán y Roque Erba, fueron los 11 elegidos por “Pipo”. En un ratito, arrollaron al Celeste y pegaron tres tiros en el travesaño. Una premonición del Torito feroz. Sin embargo, en un contraataque la visita sacó ventaja a los 13’, a través de Almeida. Una diferencia que se esfumó a los 60 segundos, ya que Abdala mandó un centro al área, Assán anticipó al “Mudo” Cassé, el arquero, para que Mario empatara con un zurdazo. Chicago fue por más y cuatro minutos después, un cabezazo de Franceschini, tras un centro de Loyarte, puso el 2-1.
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Franceschini mete el 2-1, detrás la tribuna repleta en Mataderos. |
“A esa altura del cotejo era claro que la superioridad ofensiva (por momentos abrumadora) tenía como complemento ideal la incapacidad de Temperley para despejar las pelotas que venían de alto y fundamentalmente para frenar de alguna manera a sus hombres de punta. Principalmente a Roque Erba, quien a los 41’ emprendió una sensacional corrida de 40 metros, entró en el área, dejó en el camino a Chacama y envió un centro atrás que cayó justito para la zurda de Assán. Un 3-1 para irse tranquilo al descanso del primer tiempo”, destacó Daniel Dátola para la revista “El Gráfico”.
“Abrir las puntas, desbordar, tirar centros. Tres conceptos simples a los que Nueva Chicago se aferró a lo largo de todo el partido y con los cuales terminó aplastando a Temperley (…)”, fue el libreto verdinegro que describió la nota "Chicago jugó por la punta". Ni el descuento de Almeida, a los 2’ del complemento, permitió salirse del guión al Torito. Armani y Erba interpretaron a la perfección las indicaciones de Ferreiro. Un envío de “Lucho”, desde la derecha, permitió un cabezazo de Assán para el 4-2. Y una escapada de Roque, por la izquierda, concluyó con un remate suyo que Cassé no logró despejar y Franceschini lo convirtió en el 5-2. La última estocada fue otra genialidad de Erba, que gambeteó tres veces a Chacama y colocó un pase preciso que Assán transformó en una goleada celestial.
“Yo creo saber cuál es el secreto de Chicago. Este equipo sale con ventaja a la cancha. Todos tenemos una confianza tremenda en lo que podemos dar y eso nos permite entrar con una expectativa distinta a la de los otros equipos. Que se yó, sentimos que andamos muy bien, que a Chicago no se le puede ganar así nomás”, sabias y sinceras declaraciones de Roque Erba a "El Gráfico", en 1981. Un equipo que luego logró el campeonato y jugó en Primera, gracias a la creencia y tranquilidad en sus propias virtudes.
-Autor: Fabián Rodríguez (@fab_rodriguez).
-Fuente y fotografías: El Gráfico.
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